Son de esas tiendas que parecen sacadas de otro tiempo, unas verdaderas joyas que se deberían preservar. También a mi me traen recuerdos de niñez ¡ay, otros tiempos! Un besito, guapa.
Pocos de estos locales se conservan ya...me gusta especialmente la primera porque me traslada a ese tiempo de antaño en el que estas barberías estaban en su esplendor.
Como me gustan estos lugares por los que no ha pasado el tiempo y se le cuida con cariño para el disfrute de las generaciones venideras, bonitas fotos. Un petonet!!
Bueno me he quedado gratamente impresionada pues barberias de esas ya no quedan ( por aquí algunas) y el tratamiento de la foto nos cuenta historias de ayer.. Me gustan mucho Montse. Un abrazo maja :)
Pues tendrías que haberme visto dando saltos de contento cuando la ví, ahí delante de mis narices, pensé ¡qué local tan entrañable, de los que ya no quedan! Muchos besos, preciosa y buen finde :)
En mi primer barrio, entre la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, -curioso detalle siendo oriundo asturiano, la familia paterna hunde sus raíces allá por el siglo X-, en la que me bautizaron un diecinueve de marzo ocho días después de ser milagrosamente nacido pues es pocos minutos pude haber muerto no una sino rizando el rizo, hasta dos veces, primero en el vientre de mi futura mamá por una clarísima negligencia médica y segundos después ya en este mundo cuando una enfermera golpeó mi cabeza con un objeto que obviamente me es imposible recordar pero cuya marca me acompaña desde entonces, es decir, no debió ser poca cosa; en mi caso no hicieron falta las cachetadas en la nalga, aquel porrazo sirvió igualmente, bueno decía que la iglesia está en la plaza de Manuel Becerra, muy próxima a otra plaza mas famosa, la de las Ventas nada menos, y la calle Alcalá camino del Retiro estaba y sigue estando con el mismo mobiliario de hace mas de un siglo la barbería porque así se llamaban antes donde tanto a mi padre como a mí nos cortaban los pelos de mas. No recuerdo su nombre pero es lo de menos. Además de en casa en aquel lugar olía a varón Dandy, "el aroma del hombre", según uno de sus eslóganes de mas éxito y probablemente junto al de la tierra mojada y el formol, uno de mis tres olores favoritos, naturalmente exceptuando el de la mujer, sin aditamentos, digamos que aquel que te alborota los sentidos.
Me quedo con la primera foto pero al margen de eso, lo que me pregunto es ¿que hacías tu allí? ¿pediste permiso?. Me gustan los negocios familiares, alguien hace mucho tiempo abrió la barbería y hoy con mas de, mínimo cien años después sus descendientes siguen trabajando en un oficio que nadie les enseñó, seguramente les bastó con observar. Creo que es la mejor manera de aprender.
Besos. Estoy mas paralizado de lo normal, una lumbalgia me tiene de aquella manera.
Amigo Ripley, lo del golpe en la cabeza no debió de ser muy grave, porque te funciona perfectamente. Bromas aparte, me alegra mucho haberte traído recuerdos de la infancia, de esos que siempre gusta recordar.
Espero que hoy ya estés mejor de la lumbalgia ¡cuídate mucho! Mil besos y buen finde.
Qué maravilla! Me encantaría sentarme en la silla y oír el sonido de las tijeras y del agua repartido con bomba a mano... ah, pucha, no sé todas esas palabras para describir lo que sentía como joven visitando el barbero de la esquina. Besos
Te has metido en el túnel del tiempo. Ya no se ven cosas así
ResponderEliminarCuando la ví en en barrio de Gracia no me lo podía ni creer, me encantó y pensé lo mismo que tú, que estaba retrocediendo en el tiempo.
EliminarUn abrazo.
Me gusta tu versión en blanco y negro. Muy buena.
ResponderEliminarSalu2
Creo que ese aire "vintage" de la primera lo reclamaba a gritos un rincón así.
EliminarMe alegro que te guste :)
Un besito.
Estupendas Montse, la primera me encanta tanto el procesado como el encuadre con el reflejo del espejo.
ResponderEliminarUn abrazo
El procesado antiguo lo probé en las dos y realmente quedaba mejor en la toma vertical.
EliminarEstoy contenta de que te gusten, Fernando.
Besos.
Preciosas...Me has llevado alos años 60. Había una en la calle Pintores de Cáceres por bajo de nuestra tienda. Como me acuerdo del barbero.
ResponderEliminarUn beso.
Son de esas tiendas que parecen sacadas de otro tiempo, unas verdaderas joyas que se deberían preservar. También a mi me traen recuerdos de niñez ¡ay, otros tiempos!
EliminarUn besito, guapa.
Eso si es retroceder en el tiempo, muy buenas fotos, saludos
ResponderEliminar¡Y que lo digas! cuando vi la barbería no me pude resistir, creo que os habría pasado igual a cualquiera de vosotros.
EliminarUn abrazo, Pedro.
Pocos de estos locales se conservan ya...me gusta especialmente la primera porque me traslada a ese tiempo de antaño en el que estas barberías estaban en su esplendor.
ResponderEliminarBesos
Se conservan muy pocos locales así, por eso me hizo mucha ilusión hacerle unas fotos.
EliminarMuchos besos, Antonia.
Como me gustan estos lugares por los que no ha pasado el tiempo y se le cuida
ResponderEliminarcon cariño para el disfrute de las generaciones venideras, bonitas fotos.
Un petonet!!
A mi también, Ana, me gustan esos locales que conservan el sabor de otros tiempos. Esperemos que se conserven!
EliminarUn petó ben fort.
Preciosa , muy vintage y nostalgica
ResponderEliminarGracias, Odel!
EliminarY muchos besos.
Excelentes, pero me quedo con la primera, me parece que trasmite mas historia barberíl. Bsos.
ResponderEliminarComo ya he dicho por aquí, esa barbería estaba pidiendo a gritos un procesado retro.
EliminarUn abrazo!
Bueno me he quedado gratamente impresionada pues barberias de esas ya no quedan ( por aquí algunas) y el tratamiento de la foto nos cuenta historias de ayer.. Me gustan mucho Montse. Un abrazo maja :)
ResponderEliminarPues tendrías que haberme visto dando saltos de contento cuando la ví, ahí delante de mis narices, pensé ¡qué local tan entrañable, de los que ya no quedan!
EliminarMuchos besos, preciosa y buen finde :)
En mi primer barrio, entre la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, -curioso detalle siendo oriundo asturiano, la familia paterna hunde sus raíces allá por el siglo X-, en la que me bautizaron un diecinueve de marzo ocho días después de ser milagrosamente nacido pues es pocos minutos pude haber muerto no una sino rizando el rizo, hasta dos veces, primero en el vientre de mi futura mamá por una clarísima negligencia médica y segundos después ya en este mundo cuando una enfermera golpeó mi cabeza con un objeto que obviamente me es imposible recordar pero cuya marca me acompaña desde entonces, es decir, no debió ser poca cosa; en mi caso no hicieron falta las cachetadas en la nalga, aquel porrazo sirvió igualmente, bueno decía que la iglesia está en la plaza de Manuel Becerra, muy próxima a otra plaza mas famosa, la de las Ventas nada menos, y la calle Alcalá camino del Retiro estaba y sigue estando con el mismo mobiliario de hace mas de un siglo la barbería porque así se llamaban antes donde tanto a mi padre como a mí nos cortaban los pelos de mas. No recuerdo su nombre pero es lo de menos. Además de en casa en aquel lugar olía a varón Dandy, "el aroma del hombre", según uno de sus eslóganes de mas éxito y probablemente junto al de la tierra mojada y el formol, uno de mis tres olores favoritos, naturalmente exceptuando el de la mujer, sin aditamentos, digamos que aquel que te alborota los sentidos.
ResponderEliminarMe quedo con la primera foto pero al margen de eso, lo que me pregunto es ¿que hacías tu allí? ¿pediste permiso?. Me gustan los negocios familiares, alguien hace mucho tiempo abrió la barbería y hoy con mas de, mínimo cien años después sus descendientes siguen trabajando en un oficio que nadie les enseñó, seguramente les bastó con observar. Creo que es la mejor manera de aprender.
Besos. Estoy mas paralizado de lo normal, una lumbalgia me tiene de aquella manera.
Amigo Ripley, lo del golpe en la cabeza no debió de ser muy grave, porque te funciona perfectamente. Bromas aparte, me alegra mucho haberte traído recuerdos de la infancia, de esos que siempre gusta recordar.
EliminarEspero que hoy ya estés mejor de la lumbalgia ¡cuídate mucho!
Mil besos y buen finde.
Qué maravilla! Me encantaría sentarme en la silla y oír el sonido de las tijeras y del agua repartido con bomba a mano... ah, pucha, no sé todas esas palabras para describir lo que sentía como joven visitando el barbero de la esquina.
ResponderEliminarBesos
Giovanni, me alegra mucho haberte hecho recordar tus tiempos de juventud!
EliminarUn beso grande.